sábado, 3 de enero de 2009

Strada interrotta

Lo reconozco, dejé de escribir porque pienso que nadie me lee. También porque creo en el silencio. El silencio no ejemplifica la vacuidad, sino la falta del interlocutor adecuado. No creo en las palabras de relleno, sino en las creadoras de puentes. Y ya lo dice Cortázar, un puente no se sostiene de un solo lado...jamás Wright, ni Le Corbusier hicieron un puente de un solo lado.
He pensado que quizás no sea interesante lo que digo, que no lo diga de la forma adecuada, que no sea atractivo, que mis palabras sean lo que odio: un bonito relleno en la nada. Pero no lo creo. Simplemente faltan jugadores. Por ello decido volver en su busca.
Es un divertimento de niños. El juego es sencillo. Yo pongo el material, la estructura y una base. Tan solo, casi nada, hay que poner otra base.
Lo importante no es la cantidad de personas, sino la invención del puente. Los puentes unen y los ríos invitan al viaje. Lo complicado, lo dificil, es que alguien escuche. Entonces, solo entonces, se pueden atravesar los puentes y navegar los ríos.
Mientras tanto, mejor o peor, con mas o menos arte, yo seguiré poniendo material, estructura y una base.