jueves, 6 de noviembre de 2008

(La otra Roma 1) El ejercito en la calle

Puede suceder a veces, de vuelta del barrio judio y su Piazza Costaguti, que una pareja de carabinieri se crucen en el camino. También puede suceder a veces, atravesando Via dei Cerchi, que, dejando su habitual apatía a un lado, decidan actuar, porque en Circo Massimo el ejercito prepara su fiesta:

- Eh Ragazzo!... ragazzo!... eeh ragazzo!
- Io?
- Dove sei andando??
- A la mia casa...
- Non poi andare per cui, debi andare per la strada...
- Ma la strada e piena di acqua, non poso...
- Per la strada!!
- Non poso...l´acqua... piu gente e andando per la via senza problema...per que io non poso??
- Ti dico que per la strada!!..

Y es así como se acaba caminando por una carretera inundada y llena de coches bajo la atenta mirada de dos carabinieri, mientras el resto de gente camina tranquilamente por la acera.
Italia, a veces, también tiene otras caras menos agradables...


Después de las últimas elecciones el gobierno ha sacado el ejercito a la calle. Es raro pasear por Roma sin encontrarse algunos militares detenidos en cruces o calles importantes. Mientras tanto, la ciudad está llena de carteles en los que el partido en el poder usa el lema "Il popolo de la libertà" bajo una foto del ejercito en la calle. Extraña idea de libertad. Esta política ha fortalecido el rechazo al extranjero y ha creado un clima de miedo inexistente, pues Roma es la capital de Europa con la tasa de criminalidad más baja. Si bien es cierto, en las últimas semanas varias manifestaciones han atravesado la ciudad en protesta por estas medidas y otras relacionadas principalmente con la educación.
No se trata de pensar politicamente de un modo u otro. La libertad no la dan los militares en la calle. La libertad no la tiene que dar nadie, ni siquiera un gobierno. La libertad es un derecho inviolable que cada persona posee por el mero hecho de ser persona.

Cuenta una leyenda romana que en las noches de tormenta, al atravesar Via dei Cerchi, los extranjeros pueden caminar sobre las aguas...

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